1. Koalas
Los koalas sólo comen una cosa: hojas venenosas de eucalipto. Aunque podrían ser mortales para nosotros, los koalas tienen bacterias especiales en el tubo digestivo que impiden que el veneno les haga daño. Las crías, o joeys como se llaman, no nacen con esta bacteria, y las madres deben recurrir a un método repugnante para que las joeys sobrevivan. Las madres empiezan comiendo hojas suficientes para dos, y luego alimentan a las crías con sus propias heces junto con su leche. A nosotros nos parece asqueroso, pero a la madre no le molesta ni su ciclo de sueño de 22 horas al día;
2. Caimanes
El caimán es el compostador original, pues pone sus huevos en vegetales podridos que producen calor, lo que le permite cazar para alimentarse y no tener que preocuparse de sentarse sobre los huevos. Cuando por fin nacen las crías, la madre las lleva literalmente en la boca y debe enseñarles a nadar, cazar y protegerse de otros depredadores. Puede sonar extraño, pero ha funcionado bien porque los caimanes no han tenido necesidad de evolucionar en los últimos millones de años.
3. Osos polares
Por desgracia para los osos polares, las hembras están condenadas a ser madres solteras, ya que los machos no se quedan más tiempo del necesario para aparearse con ellas. Una vez que los dos han hecho lo suyo, las hembras engordan cerca de 400 libras. Este sobrepeso no es una elección, si la hembra no tiene suficiente comida para producir tanto sobrepeso, su cuerpo simplemente reabsorberá el feto. Durante los dos últimos meses, debe cavar una madriguera donde hiberna hasta que nace el bebé. Dos años después, la cría sale al mundo sin ni siquiera dar las gracias.
4. Guepardos
Muchas parejas suelen aterrorizarse ante la perspectiva de tener gemelos y tener que duplicar el número de elementos y el trabajo que supone criarlos. Para los guepardos, los gemelos se considerarían una gran oportunidad, ya que la hembra media da a luz a unos seis cachorros. Estos cachorros carecen por completo de instintos, lo que significa que la madre debe cazar y cuidar de todos ellos completamente sola. Esto durará dos años, tras los cuales la madre dejará solos a los cachorros para que formen un grupo de hermanos: los machos permanecerán juntos de por vida y las hembras se irán solas a buscar nuevas parejas.
5. Orangutanes
Los orangutanes son madres muy abnegadas que dependen totalmente de sí mismas para criar a sus hijos. Los orangutanes amamantan a sus crías hasta que alcanzan los 6 ó 7 años. Este es, por cierto, el periodo de lactancia más largo de cualquier animal de la Tierra. Además de amamantar sin parar, las orangutanes hembras pasan toda su vida construyendo nidos con ramas y otras plantas, llegando a construir unos 30.000 para ella y sus crías.
6. Elefantes
A la mayoría de nuestras madres les encanta quejarse de cómo nos han llevado a cuestas durante 9 meses y luego han soportado un parto largo y doloroso para que pudiéramos venir al mundo. La próxima vez que lo hagan, asegúrate de recordarles que, para las madres elefantes, el periodo de gestación de 22 meses va seguido del nacimiento de un bebé elefante de casi 90 kilos. Una vez nacidos, los bebés son ciegos y deben ser guiados no sólo por su propia madre, sino por todas las hembras de la manada que les echan una mano.
7. Cálao de copete rojo
Los cálaos de pico rojo viven en un mundo muy peligroso, donde sus huevos son un preciado festín para los lagartos monitor. Así que, para disuadir a estas criaturas de que se coman sus huevos, la madre del cálao de pico rojo hace un agujero en los árboles y construye allí un nido. ¿Pero qué pasa con la entrada? El cálao también tiene una solución para eso, utilizará literalmente sus propias heces para construir un muro y luego pasará los dos meses enteros sentada en la oscuridad, sobre sus huevos. El olor y el hambre no la molestarán, lo hace todo por sus crías.
8. Elefantes marinos
Las hembras de elefante marino ya empiezan con unos imponentes 1.700 kilos, y su periodo de gestación de 11 meses significa que van a engordar tanto que les va a resultar difícil moverse. Sin embargo, después del parto, perderá 600 libras más en apenas un mes sólo por amamantar a sus cachorros. Sin duda, eso bastará para que las mamás de las famosas de Hollywood sientan envidia de su capacidad para deshacerse de esos kilos tras el embarazo.
9. Pulpo
Todos hemos tenido a nuestras madres quejándose de tener que cuidar de nosotros y de nuestros hermanos, pero su trabajo palidece en comparación con el del pulpo. La madre de un pulpo pone más de 50.000 huevos y los protege durante los 40 días que tardan en eclosionar. No sólo eso, sino que la madre también debe soplar corrientes de oxígeno sobre todos los huevos para mantenerlos sanos. Es mucho trabajo, y la madre no sale para nada, ni siquiera para cazar. Si le entra hambre, se come uno de sus ocho brazos.
10. Piojo de mar
Ser madre de un piojo de mar es probablemente el peor destino que alguien pueda sufrir, y todos deberíamos alegrarnos de que nuestras madres no tengan que pasar por esto. Las hembras de piojo de mar son atraídas por un macho a una madriguera donde resulta que ha atrapado a casi otras 25 hembras preñadas. Por si eso no fuera lo peor, una vez que las crías están listas para nacer se comen literalmente a su madre de dentro a fuera. Hablando de los horrores del parto.