#10 Cabo Búfalo
Estos animales, que se encuentran principalmente en el África subsahariana y meridional, son relativamente mansos cuando se les deja en paz. El problema es que muchas personas que vienen a África en safaris se encuentran con estos animales y se sienten atraídas por su majestuosidad. Con 1,80 m de altura y más de una tonelada de peso, suelen viajar en manadas sobre todo a última hora de la tarde y a primera hora de la mañana, cuando empiezan a pastar. Pero ten cuidado, si se sienten amenazados atacarán, a menudo en grupo, dando vueltas y embistiendo a su presa a 56 km/h. Son responsables de más muertes en los safaris que ningún otro animal, lo que les ha valido su apodo de Muerte Negra.
#9 Caracol Cono
Durante tus próximas vacaciones tropicales no pierdas de vista a estas diminutas criaturas. Sus caparazones jaspeados en marrón y blanco pueden ser hermosos, pero definitivamente no intentes coger uno de ellos. Dentro de esos adorables exteriores se ocultan dientes en forma de arpón que contienen un veneno conocido como conotoxina. Este veneno es tan complejo que actualmente no existe ningún antiveneno, y si te muerde una acude inmediatamente a urgencias. La toxina impide que las células nerviosas puedan comunicarse, lo que da al caracol el apodo de "caracol cigarrillo". Lo que significa que tendrás el tiempo justo para fumarte un cigarrillo antes de fallecer.
#8 Rana venenosa dorada
Estas ranas tóxicas, que habitan una pequeña zona de selva tropical a lo largo de la costa pacífica de Colombia, son portadoras de un veneno llamado batracotoxina. Esta toxina es tan potente que una rana tiene suficiente para matar a 10 hombres adultos, y sólo dos miligramos, o la cantidad que cabría en la cabeza de un alfiler, es suficiente para matar a un ser humano adulto. Las glándulas están justo debajo de la piel de la rana, lo que significa que basta con tocarla para que te lleven a urgencias.
#7 Medusa de caja
Las medusas caja suelen encontrarse flotando donde el océano Índico se encuentra con el Pacífico. Aunque no tienen cerebro y sólo pueden alcanzar una velocidad máxima de 8 km por hora, se las considera el animal marino más mortífero del mundo. Sus tentáculos, que pueden llegar a medir 3 metros de largo, contienen miles de células urticantes cuyo veneno ataca a la vez el corazón, el sistema nervioso y las células de la piel. Afortunadamente, existe un antídoto, pero de los cientos de personas que sufren una picadura, pocas sobreviven lo suficiente como para ser llevadas a un hospital.
#6 Pez globo
El pez globo, que se encuentra en los océanos tropicales de Asia Oriental (Japón, China y Filipinas), es un animal extremadamente venenoso cuya toxina, llamada tetrodotoxina, se calcula que es unas 1.200 veces más venenosa que el cianuro. Esta toxina increíblemente peligrosa existe en la piel, el tejido muscular, el hígado y las gónadas del pez. A pesar de ello, o posiblemente por ello, el pez globo se considera un manjar en Japón, y sólo puede ser preparado por cocineros formados y autorizados. Incluso con toda esta formación y preparación, varias personas mueren cada año sólo por comerlo.
#5 Mamba negra
Presente en las sabanas y en el sur y el este de África, la Mamba Negra no es en realidad la más venenosa de las serpientes. Pero eso no importa si tenemos en cuenta lo rápida y agresiva que puede llegar a ser. La serpiente, que puede deslizarse a velocidades de hasta 12,5 millas por hora, perseguirá a sus víctimas cuando se sienta amenazada, lo que hace casi imposible escapar a pie de una de estas criaturas. Una mordedura tiene toxinas suficientes para matar a 10 personas, y la serpiente morderá instintivamente varias veces antes de escabullirse. Después, dispondrás de 20 minutos para recibir el antídoto antes de que se produzca la muerte.
#4 Cocodrilo de agua salada
Los cocodrilos de agua salada son temibles y agresivos, y cada año causan más muertes humanas que los tiburones. Estos animales, que se encuentran en aguas del Indopacífico y ocasionalmente llegan hasta el sur de Australia, asestan mordiscos tan fuertes que rivalizan con los del T. Rex. A pesar de que se les llama cocodrilos de "agua salada", estas criaturas son más que capaces de nadar también en agua dulce, lo que las hace rápidas, temibles e increíblemente peligrosas.
#3 Mosca tsetsé
Considerada la mosca más peligrosa del mundo, la mosca tsetsé sólo crece hasta alcanzar el tamaño de una mosca doméstica común. Presente en el África Subsahariana, esta mosca, a pesar de su tamaño, se considera la más peligrosa del mundo. Al igual que los mosquitos, chupan la sangre de los seres humanos, transmitiendo enfermedades como el parásito Tripanosomas. Este parásito es la causa principal de la enfermedad del sueño africana, una enfermedad que afecta al sistema nervioso y provoca alteraciones en los patrones de sueño. No existen vacunas ni tratamientos para esta enfermedad, y puede ser mortal. Las precauciones incluyen llevar ropa de color neutro y mantenerse alejado de los arbustos durante el día.
#2 Mosquito
Presente en todo el mundo, el mosquito es uno de los animales más pequeños y también el segundo más mortífero de nuestra lista. Al igual que la mosca tsetsé, estos molestos bichos son portadores de numerosas enfermedades mortales como el Chikungunya, la encefalitis, la elefantiasis, la fiebre amarilla, el dengue, el virus del Nilo Occidental y el virus del Zika, que matan aproximadamente a 725.000 personas cada año y afectan a casi 700 millones. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer una enfermedad transmitida por un mosquito.
#1 Humanos
En el número uno estamos nosotros, los seres humanos. A pesar de lo peligrosos que son todos estos animales de la lista, lo cierto es que el mayor peligro lo representamos nosotros mismos. A lo largo de los años, la guerra ha matado entre 150 millones y 1.000 millones de personas, y aunque vivimos en una de las épocas más pacíficas de la historia de la humanidad, la violencia y los asaltos al azar siguen acabando con muchas vidas trágicamente truncadas. También tenemos la capacidad de acabar con toda la vida del planeta con una guerra nuclear, lo que significa que los animales tienen más que temer de nosotros que nosotros de ellos.